Las bóvedas de la catedral de Mallorca suponen por su gran tamaño un hito en la construcción de bóvedas góticas. La combinación de su altura y su luz, junto con la esbeltez de sus pilares, condiciona la imagen de la catedral. El exterior, muy diferente a las fachadas típicas de las catedrales de la Île de France, se caracteriza por una sucesión de masivos contrafuertes prismáticos indispensables para su estabilidad.
Comenzada en el siglo XIV sobre una antigua mezquita, la catedral se construyó durante siete siglos. Se realizaron algunas modificaciones sobre el plan inicial, como la elevación de las bóvedas por encima de lo previsto o la posible transformación de una a tres naves.
La conservación de los Libros de Fábrica permite el seguimiento de las obras durante ciertos periodos, con interesantes datos sobre la construcción del edificio.
La presente comunicación propone un estado de la cuestión de la construcción de las bóvedas, teniendo en cuenta la información obtenida de las investigaciones previas, las fuentes primarias, así como las evidencias constructivas que se encuentran en el propio edificio.